LA LUZ DE SERVICIO EN LA NECESIDAD
(Sevilla, 3 de marzo de 1627 – 9 de mayo de 1679)
Es hijo de una destacada familia de Sevilla de raíces corsas, bien posicionada económicamente gracias al comercio con América.
En 1623 la familia se afinca en la conocida casa palacio de la calle Levíes, en San Bartolomé, donde nació Miguel y que llegaría a ser la mansión de la familia.
Vivió en una Sevilla muy diferente a la actual que todavía tenía un importante papel comercial con el continente americano, pero que en 1647, cuando Miguel contaba con 20 años, sufrió una terrible epidemia de peste que diezmó la población. Se calcula que pereció un 50% aproximadamente de la población de la ciudad
Sevilla no volverá a ser la ciudad que era. Queda económicamente destrozada, su población trágicamente reducida... La pobreza impera por sus calles. En estos años Mañara ocupa relevantes cargos en administraciones locales.
Pero no será hasta 1662, tras la muerte de su esposa Jerónima Mª Antonia Carrillo de Mendoza y Castillo y después de un período de honda reflexión personal que pasa en el eremitorio carmelita del desierto de las Nieves (cercano a Montejaque), que tome contacto con el hermano mayor de la Hermandad de
la Caridad, tras pasar un tiempo como perdido en Sevilla. Y será decisivo ese encuentro en su vida y en la vida de la ciudad de Sevilla.
Ese encuentro que describen como fortuito mientras Miguel paseaba a caballo a la orilla del Guadalquivir, cambió el rumbo de su vida. En una ciudad aún convaleciente del gran desastre causado por la peste, con muchos pobres, la Hermandad de la Caridad se dedicaba a recoger y enterrar a los muertos que el río devolvía a sus orillas, a los ajusticiados, a aquellos que aparecían muertos en la calle...
Y así fue como tomó contacto con la realidad de la ciudad y pudo ver qué difícil era la vida para miles de .personas. Y así propondrá la creación de un hospicio, que en un primer momento no prosperó. En 1663 fue elegido hermano mayor de la Caridad y a partir de este momento la institución de la Caridad cob
ra alas. Se funda un hospicio que llegará a ser posteriormente Hospital de la Santa Caridad sufragando muchos de los gastos con su propia fortuna personal
Entendiendo que su vida era servir a los más necesitados, se dedica a ello el resto de su vida transformando la Hermandad de la Caridad en un faro de atención y servicio para ellos y ampliando sus cometidos no sólo en enterramientos y en cuidados médicos hospitalarios para aquellos sin recursos que no eran aceptados en otros hospitales, sino repartiendo pan, ropas y recursos económicos en momentos de grandes dificultades en la ciudad (como por ejemplo sucedía tras las frecuentes riadas que sufría Sevilla).
Y así contagió su espíritu caritativo a muchos nobles de la ciudad y no nobles, que siguieron su ejemplo. Ejemplo que duró hasta que, como él mismo dice, “entregó su alma a su creador” y ejemplo que dura hasta nuestros días, siendo un faro de voluntariado en la Sevilla del s. XVII que nos sigue inspirando por su bondad, su buena gestión y su sólido compromiso con la época en la que vivió.
Gracias, Mañara, por tu luz que aún brilla.
Laura Rodríguez Berenguer
Para más información pueden visitar Hermandad de la Santa Caridad